Atemprana edad Luisa Santos se quedó sola con dos hijos, sin trabajo y sin ninguna ayuda. En un momento llegó a cumplir una jornada de 12 horas de trabajo: en las noches laboraba en un restaurante y en las mañanas formaba parte del personal de seguridad de una empresa de producción de alimentos y productos para el hogar.
Pero la joven tomó sus peores tiempos como un impulso de superación.
“Las situaciones difíciles delimitaron lo que soy hoy”, dice Luisa, que logró salir adelante y trabajó para la ONG Casa Abierta dando asistencia a mujeres con la misma situación que vivió ella.
Luna Cartagena también sabe lo que significa sobreponerse a la adversidad.
Luchó contra la leucemia, su familia no tenía dinero para enviar a sus hermanos a la escuela ni para pagar sus medicinas, perdieron su casa por la hipoteca del banco y eso, dice, “es la punta del iceberg”.
“Algunas veces llegué a pensar que las cosas serían más fáciles si yo desaparecía”, cuenta.
Luna logró superar sus traumas a través del dibujo, lo que le permitió descubrir su talento para la ilustración y ahora estudia diseño gráfico en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD).
La joven expresa que los resilientes se levantan cada día para mejorar su vida, sin esperar a que caiga una oportunidad del cielo.
“Esos malos momentos me ayudaron a estar aquí”, comenta.
Al igual que estas mujeres, hay cientos de jóvenes que tocan fondo, la vida los pone en situaciones que parecen sacadas de una película de terror o un relato de las miserias de un escrito de finales del siglo XIX.
Los psicólogos definen la resiliencia como la capacidad del ser humano para adaptarse positivamente a situaciones adversas.
“Esa terminología es relativamente nueva en la ciencia de los procesos mentales, pero en el área de la física ya era un término utilizado, porque hace referencia a los cuerpos que cuando sufren daños vuelven a su estado natural (cuerpos resilientes)”, indica la psicóloga y terapeuta familiar Sanya Peña.
A nivel emocional, explica, es una característica que permite a la persona sobrepasar situaciones de estrés, especialmente de estrés postraumático.
“Se construye estableciendo relaciones con familiares y amigos, en grupos de apoyo, estando activos; además se debe aceptar que los cambios son parte de la vida y que nada puede destruirnos”, manifiesta.
¿Cómo construirla?
La Asociación Americana de Psicología da algunas pautas, entre ellas: establecer relaciones con personas cercanas, evitar ver las crisis como obstáculos insuperables, aceptar el cambio como parte de la vida, desarrollar metas realistas, llevar a cabo acciones decisivas y ser positivo.